Te recuerdo en un viaje interrumpido
huyendo a ninguna parte.
Lo peor no fue que te mudaras
sino que el amor
lo hiciera contigo.
En algún lugar de mi
desmemoriada memoria
quedó un porqué
suspendido en el aire.
Hoy,con la tranquilidad
del tiempo y la distancia,
se me ocurre pensar
(aunque sea en voz bajita)
que el amor de verdad
debería reflejar
una de las máximas
de Ulpiano:"honeste vivere,
naeminem laedere
et jus sum cuique tribuere".
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